Los datos son fundamentales para el desarrollo de cualquier modelo de IA. Sin datos de calidad, un modelo no puede aprender de manera efectiva ni hacer predicciones precisas. La preparación de los datos implica una serie de pasos cruciales, como la limpieza de datos, la transformación y el procesamiento, que permiten alimentar adecuadamente los algoritmos de aprendizaje automático. Estos datos deben estar bien organizados y estructurados para que los modelos puedan entenderlos y aprender patrones que sean útiles en la toma de decisiones o predicciones.
El ciclo de vida de un proyecto de IA suele empezar con la recolección de datos en bruto, pero este es solo el primer paso. Antes de alimentar a un modelo con datos, es esencial preparar estos datos a través de una pipeline de datos, que se encarga de organizar y procesar los datos en varias fases. Las tareas comunes incluyen la eliminación de datos erróneos o duplicados, el manejo de valores faltantes, la normalización de características, y la transformación de los datos en un formato adecuado para el modelo de IA.
Los datos utilizados en los modelos de IA suelen representarse en una estructura tabular, donde cada fila corresponde a un ejemplo, cada columna a una característica, y una columna específica puede representar la etiqueta, cuando esta es conocida. Para comprender mejor cómo se estructuran los datos, es útil visualizar estos tres conceptos:
Un ejemplo es una instancia individual de datos. Cada ejemplo corresponde a una fila de la tabla que se está utilizando como fuente de datos. Si estamos trabajando con un conjunto de datos de registros de salud, por ejemplo, cada fila puede representar a una persona individual.
Ejemplo: En un conjunto de datos de registros de salud, cada ejemplo puede ser un paciente. Los datos de este paciente incluirán características como su peso, altura, presión arterial, etc.
Una característica es cada propiedad o atributo mensurable de un ejemplo. Las características corresponden a las columnas de la tabla y representan las variables que influyen en la salida de un modelo de IA. Estas características pueden ser numéricas (como la altura o el peso) o categóricas (como el género o el tipo de enfermedad).
Ejemplo: En el caso del conjunto de datos de salud, las características podrían incluir variables como el peso corporal, la altura, el nivel de colesterol o la presión arterial de una persona.
La etiqueta es la variable que estamos tratando de predecir en nuevas muestras de datos. En un modelo de IA supervisado, la etiqueta es el valor que el modelo intenta predecir en función de las características que se proporcionan como entrada.
Ejemplo: En el conjunto de datos de salud, la etiqueta podría ser una variable binaria que indica si una persona tiene una enfermedad cardíaca ("sí" o "no"). Esta etiqueta es lo que el modelo intenta predecir en base a las características del paciente.
La calidad de los datos es un factor crucial en el éxito de cualquier modelo de IA. Los datos de baja calidad pueden dar lugar a modelos poco precisos, mientras que los datos de alta calidad permiten al modelo generalizar mejor y realizar predicciones más precisas. Los problemas comunes relacionados con la calidad de los datos incluyen:
Un dato bien preparado y de calidad puede aumentar drásticamente la eficacia de los modelos de IA. El proceso de preparación de datos es vital, ya que permite que los modelos de IA operen con precisión y eficiencia, aprovechando al máximo la información contenida en los datos.
En muchos casos, especialmente en el aprendizaje no supervisado, las etiquetas no están disponibles. A diferencia del aprendizaje supervisado, donde el modelo aprende a partir de ejemplos etiquetados, el aprendizaje no supervisado intenta descubrir patrones ocultos en los datos sin que se proporcionen salidas específicas.
Supongamos que queremos utilizar IA con el objetivo es agrupar plantas similares. En este caso, no se tiene una etiqueta predeterminada, dado que el agrupamiento puede realizarse por diversas características (tipo de hoja, cantidad, largo de la hoja, etc) y el modelo debe encontrar por sí mismo las agrupaciones dentro de los datos. Este tipo de aprendizaje es particularmente útil en la segmentación de clientes, la detección de anomalías o la compresión de datos.
La falta de etiquetas no significa que los datos no sean valiosos. De hecho, muchos problemas reales del mundo no vienen con respuestas claras o etiquetas, y el aprendizaje no supervisado puede ser clave para abordar estos desafíos.
En IA, los datos son el recurso más valioso y su preparación adecuada es esencial para el éxito de los modelos. A través de la organización y la limpieza de los datos, junto con una comprensión clara de las dimensiones clave (ejemplos, características y etiquetas), podemos garantizar que los modelos de IA sean efectivos y precisos. Aunque en muchos casos se utilizan etiquetas para entrenar modelos supervisados, también es importante reconocer que no siempre tendremos etiquetas disponibles, y que en esos casos, técnicas de aprendizaje no supervisado pueden ser la solución para extraer valor de los datos.
A medida que avancemos en las próximas lecciones, profundizaremos en cómo preparar y transformar datos para diferentes tipos de tareas de IA, asegurando que puedas aplicar estos conceptos a proyectos del mundo real de manera eficaz.